Hubo epocas en que perdi el control absoluto sobre mis píernas, no podia caminar, subir o bajar escaleras y en algunos dias ni levantarme, sentia un malestar terrible, como si algo en su interior se retorciera, no como un calambre, sino como algo diferente.
Mis piernas eran uno de mis orgullos, me encanta caminar, y podia hacerlo por kilometros, en Veracruz se iba a todos lados a pie, en el rancho de mi abuelo, se podia caminar por todas partes, me acostumbre tanto, que cuando llegue al Boot Camp, me percate que eso no era normal, en la misma marcha en que mis compañeros regresaban con los pies deshechos, yo regresaba como si nada.
Por otro lado, fui campeon de baile, y despues Aviador Naval, asi que sabia controlar mis pies y piernas muy bien, bueno, excelentemente, por lo que de repente, no poder caminar o hacerlo con mucha dificultad, fue toda una sorpresa.
Hubo dias en que mi verticalidad era tan precaria, que me caia mucho o que caminaba muy raro, como lo hacen las jovenes, que apenas estan aprendiendo a caminar en tacones, que pierden la verticalidad en todo momento.
Cuando tenia que ir por comida, me dolia caminar, me cansaba a las dos cuadras y derivaba mi direccion, (iba en linea recta, pero mi direccion no era la que deseaba), despues de ese esfuerzo, no podia moverme por dos o tres dias.
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| Los deditos de Querubin, torcidos y entrelazados |
Una observacion final, mi Querubin, una pequeña ave que no puede volar, se acostumbro a dormir en mi pecho y a comer de mi boca, y creo que la contagie, porque sus patitas se fueron torciendo, justo lo que yo sentia que pasaba y lo que ha provocado las amputaciones a los pacientes de Covid largo, asi que esto parece ser evidencia de tal padecimiento
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